LOS SACERDOTES EN LA MISA
Beata Concepción Cabrera
de Armida
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Otro punto hija, al transformarse los Sacerdotes en Mí, en la Misa, pasan a ser más
íntimamente, más completamente en esos momentos, más, digo, de María
Inmaculada, al ser Yo mismo en ellos. Y este pensamiento ni se ahonda, ni se les
ocurre, ni lo agradecen. Y María, entonces, tiene para ellos, toda la ternura
que tuvo y que tiene para conmigo, porque ve en cada Sacerdote otro Yo, y los
mira complacida, y los envuelve en su calor, y los estrecha en su seno, y los
acaricia y los ama. Porque me ve en ellos a Mí. María en la Misa, hace siempre un gran
papel; porque si concurre como corredentora en todos los sacramentos, más
mucho más está presente en las Misas. |
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Mira:
en las Misas, al mirar los Sacerdotes a mi Padre, cuando elevan sus ojos al
cielo, antes de la Consagración, esa mirada, debe entrañar el más grande amor
al Padre, para sacrificar como El, a su Hijo Divino en el bien de las almas. Pero, cómo deben fijarse en el amor que
deben tener al celebrar los divinos misterios del Calvario. ¡Amor Paternal!
Santísimo, puro divino, en el sentido que representan de algún modo al Padre
dándome a la Cruz y al sacrificio. En eso instantes solemnes, son Yo,
ofreciendo mi inmolación al Padre por ellos y en ellos: pero representan
también ellos al Padre, crucificándome por Amor. Y en ese amor está el
Espíritu Santo, que es Amor; concurriendo la Trinidad de esta manera en el
sacrificio de los altares- Mi Padre, crucificándome por amor, Yo ofreciéndome
gozoso a esa Voluntad adorable, y el Espíritu Santo, inundando de amor esa
inmolación toda amor, en favor del mundo. ¡Oh si con este espíritu, si con este
conocimiento amoroso se me ofreciera siempre, en el santo y fecundo
sacrificio de los altares! |
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